Chile lleva una década experimentando una extrema sequía, amenaza que se ha visto aún más exacerbada producto del cambio climático. Esta situación afecta desde la región de Coquimbo hasta La Araucanía, impactando no solo en la calidad de vida de la población, sino además afectando a la actividad agrícola, motor de trabajo de miles de familias.
Desde el año 2015, investigadores de la Universidad Mayor han realizado diversos estudios a partir de financiamientos del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) en la Región de O’Higgins, con el objetivo de generar variedades vegetales aptas para la crisis ambiental, y con alto interés comercial.
Como resultado, se logró obtener una adaptación del cultivo de Alforfón, planta con variedades aptas para el cambio climático, cuyo grano corresponde a la categoría de superalimento con alto valor nutricional. Sus proteínas, libres de gluten, permiten su uso en personas con enfermedad celíaca. En tanto, la miel producida por este cultivo es monofloral, tiene un color oscuro ámbar y sabor característico, relacionado con el alto contenido de polifenoles, que le confieren un poder antioxidante tres veces superior a otras mieles monoflorales.
Así, se creó un “Modelo productivo de Alforfón Miel para el cambio climático”, que evita la trashumancia a regiones más húmedas por efectos de la sequía, permitiendo sostener la economía campesina al ampliar la variedad de servicios que pueden ser obtenidos en un mismo terreno, a actividad agrícola y apícola.
Tras las investigaciones, se demostró que el alforfón tiene una floración que dura 45 días, permitiendo tener dos cultivos durante un año agrícola en la misma superficie; además en una superficie de una hectárea se puede llegar a producir miel de alto contenido de polifenoles y cerca de 200 paquetes de abejas, material biológico que el mercado internacional está demandando.
El paquete tecnológico de este modelo fue transferido mediante licencias gratuitas a 9 agricultores y apicultores de la Región de O’Higgins, permitiéndoles adquirir el conocimiento asociado e iniciar sus cultivos con un horizonte de productividad y sostenibilidad ante la crisis climática.
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