Chile cuenta -desafortunadamente- con la tasa más alta de suicidio en Latinoamérica, y particularmente, es la Región de Aysén la que mantiene la más alta tasa a nivel nacional. Los diversos problemas de salud mental, que en muchos casos llevan al suicidio, afectan sin distinguir edad o género.
Por esto, investigadores de la Universidad de los Andes, interesados en comprender el fenómeno particular de esta región, iniciaron en 2009 su investigación, tras la trágica muerte de una alumna de octavo básico en la ciudad de Puerto Aysén. Haciendo focus groups con los adolescentes, sus padres, profesores y organizaciones comunales, se advirtieron los principales problemas y se diseñó una intervención, diferenciada según el público al que iba dirigida y cada problema detectado. Así nace el programa “RADAR”.
RADAR detecta, en forma activa y/o pasiva, a un adolescente en riesgo suicida, informando a personal del colegio al que el adolescente asiste y activando un protocolo de manejo de riesgo. Gracias a esta acción, en menos de 24 horas el adolescente debe ser evaluado en la urgencia del Hospital al que pertenece, posteriormente y de acuerdo con su gravedad, es evaluado por un psiquiatra para el inicio de su tratamiento.
Gracias a la implementación de un proyecto de Innovación Social para la Región de Aysén adjudicado en 2015, se realizó una prueba de concepto en dos colegios durante 15 meses, y se capacitó a 409 personas de todos los niveles, para finalmente llevar a cabo dos campañas de detección activa con importantes resultados.
De los alumnos participantes, siguiendo el protocolo de RADAR, se logró la derivación a urgencia de los jóvenes detectados con riesgo y en menos de 7 días ya se encontraban con atención psiquiátrica. Tres meses después, en una segunda evaluación, el 89% de los jóvenes no presentaba riesgo. Adicionalmente, durante el periodo de aplicación de RADAR, no hubo ningún suicidio adolescente en la región.
Los derechos sobre RADAR fueron licenciados de forma no exclusiva para la Región de Aysén al Servicio de Salud de Aysén, quien con recursos propios se prepara para escalar la iniciativa a nivel regional. En 2018, se comenzó a replicar el proceso en la Región Metropolitana, gracias al financiamiento CORFO de Validación en Innovación Social.
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