Una persona con discapacidad visual debe aprender a escribir utilizando el método braille. Con un punzón y una pizarra braille, anotan de derecha a izquierda y luego dan vuelta la página para leer de izquierda a derecha los puntos en relieve. Pero, ¿qué pasa cuando un niño con discapacidad visual debe aprender a leer?
En este caso, la dificultad se extiende a sus padres y cuidadores, pues para poder ayudarlo en sus tareas deben conocer también la técnica. Por otro lado, las herramientas actuales para ayudar a la escritura son costosas y difíciles de transportar: una máquina Perkins puede pesar hasta 5 kg. con un precio de cerca de $1,5 millones, la línea Braille puede superar los $4 millones, mientras otras soluciones como la pizarra Braille o la speak Braille tienen valores que bordean los $500 mil la línea.
Estas grandes dificultades inspiraron el desarrollo de un “Lápiz de escritura braille digital” por parte de investigadores de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, en co-diseño con la Corporación de Ayuda al Limitado Visual (COALIVI). El dispositivo es electrónico, portátil e inalámbrico, de 30 gr. de peso, fácil uso y bajo costo, con una carga que puede durar 24 horas y permite tomar apuntes en tiempo real, registrar la información de forma digital y reproduciendo el mensaje a través de un sintetizador de voz. Puede ser utilizado por niños, jóvenes y adultos con discapacidad visual y/o complejidad motora y por su entorno cercano, además de ser una herramienta pedagógica útil para enseñar el sistema. Los datos almacenados pueden ser convertidos a escritura estándar y transferidos a un computador, Tablet o Smartphone.
En 2017, el equipo inventor de la tecnología formó el spin-off Noteikin SpA, siendo los licenciatarios para su desarrollo y comercialización, y actualmente, se tramita una solicitud de patente PCT en Chile y una patente vía EPO en Estados Unidos y Europa.
El bolígrafo de Noteikin ha resultado ganador de importantes reconocimientos nacionales e internacionales de innovación social, como el Premio Nacional de Innovación Avonni 2016, el primer lugar en la cuarta versión del HUB de Comercialización y Transferencia de Tecnología para las Américas, realizado en 2017 en México, programa organizado por la Organización de los Estados Americanos (OEA), en donde la innovación se impuso a otras 34 ideas de toda América, el galardón recibido en la Cumbre de Innovación 2019 de CIDERE BIOBÍO por su «aporte a la innovación social», o el primer lugar en el “Inclusión Challenge”, en el marco de Expo Inclusión 2019.
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